Tengo que estar en
mí
para percibir cada
luna
como llena con
un cerco la noche.
Las flores no
tiene el color del día,
como cada hora
no es igual que
ayer.
En un mes distinto
y una luna nueva.
Y yo lo veo
distinta,
sin evocaciones
similares.
Dicen que soy sensitiva,
dicen que soy competente,
pero la luna me
da la fuerza
para ser nueva
cada día
y volver a conocer
y apreciar.
Y si me
sentimiento fuera de verdad
sentiría y no
contemplaría a la luna.
Y lo necesito,
para creer y coexistir.
Todos tienen una
vida vivida
y una vida
soñada,
igual que yo.
Donde no
recuerdo, sueño
y donde están los
vacíos, lo escucho.
Donde fue la
luz, ahora confusiones
Donde esta el
cielo, esta la luna.
Mi aliento
guarda
mis sensaciones
no anidadas
pero si imaginadas.
Como las flores
que si constan
y ella las
guarda para el alba
que da su calidez
y su tonalidad.
Ahora la veo en
el cielo
donde todos la
ven,
pero ahora es mía,
de mi fortaleza
y la miro y la busco
con su reflejo
sobre las praderas
y las cosas sin
color, con quietud.
Diosa del mar y
del dolor
de pasiones y de
lamentos,
de insaciables besos
que no se
supo dar.
Pero ahora es mía
de mi corazón,
de mi energía
de mis vicios esclavos,
de mis
tentativas suicidas,
de lo más hondo
de la naturaleza.
Es precioso Lola, como siempre lo es lo que publicas, gracias por compartirlo.
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