A
estas horas aún se deambula
sin
exceso de calor.
Vamos
a por el martes.
Reflexión
sobre ayer
sobre
estos días.
Cada
uno es disparejo
y
a la vez semejante
porque
cada día es cíclico.
Sí
nos pudieran contemplar
el
sol y la luna
advertirían
que somos seres mínimos,
sin
más acepción que un tictac.
Pero
las manecillas de nuestro espacio pasan
y
nuestra coexistencia tiene sus consecuencias
para
propios y para los insólitos.
Estoy
aterrada
de
los sucesos tan sanguinarios que recreamos.
Pero
al sol le da igual
solo
consuma un oficio.
Darnos
vida. ¿y para qué?
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