Esa media luna que se perdió
con la media primavera
Que tiñó con savia
las venas de las tierra.
Ese otoño de ocres
y de las mares plateadas
y hojas inacabadas.
Y aquí estoy yo,
esperando las flores
y las mariposas fútiles.
El rojo atardecer
del beso del mar
en el límite del destino.
Precioso poema
ResponderEliminarNené