Los errores
no se niegan,
se asumen;
La tristeza no se llora,se supera
Y el amor no se grita,se demuestra.
Sé fuerte para que nadie,te derrote,
Sé noble para que nadie te humille,
Sé humilde para que nadie te ofenda
Y sigue siendo tú Para que nadie te olvide

lunes, 21 de mayo de 2012


LLÉNATE DE MÍ







LLÉNATE DE MÍ


Llénate de mí. 
Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame. 
Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame. 
Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora, 
Soy el que pasó saltando sobre las cosas, 
el fugante, el doliente. 

Pero siento tu hora, 
la hora de que mi vida gotee sobre tu alma, 
la hora de las ternuras que no derramé nunca, 
la hora de los silencios que no tienen palabras, 
tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias, 
tu hora, medianoche que me fue solitaria. 

Libértame de mí. Quiero salir de mi alma. 
Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre. 
Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta. 
No, no quiero ser esto. 
Ayúdame a romper estas puertas inmensas. 
Con tus hombros de seda desentierra estas anclas. 
Así crucificaron mi dolor una tarde. 

Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro. 
Mi corazón no debe callar hoy o mañana. 
Debe participar de lo que toca, 
debe ser de metales, de raíces, de alas. 
No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve, 
no puedo ser la sombra que se deshace y pasa. 

No, no puede ser, no puede ser, no puede ser. 
Entonces gritaría, lloraría, gemiría. 

No puede ser, no puede ser. 
Quién iba a romper esta vibración de mis alas? 
Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué? palabra? 
No puede ser, no puede ser, no puede ser. 
Libértame de mí. Quiero salir de mi alma. 

Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva. 
De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste. 
Tienes de mí ese sello de avidéz no saciada. 
Desde que yo los miro tus ojos son más tristes. 
Vamos juntos. Rompamos este camino juntos. 
Ser? la ruta tuya. Pasa. Déjame irme. 
Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme. 
Haz tambalear los cercos de mis últimos límites. 


Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca, 
inundando las tierras como un río terrible, 
desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos, 
destrozando, 
quemando, 
arrasando 
como una lava loca lo que existe, 
correr fuera de mi mismo, perdidamente, 
libre de mí, Curiosamente libre. 
¡Irme, Dios mío, irme!

Pablo Neruda




domingo, 20 de mayo de 2012

Porque el silencio y la paz estaban allí




Llovía una tarde de otoño  tomando café, fume compulsivamente, empecé hablar mucho, nerviosa ni casi recuerdo  el qué. Hablaba con la vista perdida en infinito, notaba mi cuerpo nervioso y mi corazón palpitaba.
 No había gente, la humedad, el frio ni lo notaba. Tenía miedo a tus ojos, perderme en tu mirada, esos grandes ojos que avistan dentro de mi, verdor en mi alma.
El chaparrón y frío nos obligaron a movernos, yo no quería, me asustaba que el momento se pasara, fuera un sueño y se esfumara.
 La lluvia caía pero yo no lo apreciaba, estaba ella, pegada a  mí.
 Otro lugar, otro entorno y te tuve delante. Fue el cielo, una nube dentro de una bola de cristal.
Intenté no mirarte demasiado, te tuve enfrente y fue el paraíso primaveral dentro de mi corazón, eres tan preciosa que pasaría el día diciendo “que hermosa eres, me hundo dentro de tus ojos y buceado en tu alma….y me encanta”.
Las horas fueron segundos y cada vez más embelesada, quiero volver a verte y reír. Hablar contigo, tenerte cerca, la primavera  me aisló del espacio, solo pude notar el momento que salir de mi y crear todo un universo para nosotras.
 El día cambio a la noche, porque el silencio y la paz estaban allí en un mundo paralelo, creado de sensaciones agradable.
 Y la noche se hizo noche y partiste, con un trozo de mi corazón te marchaste. Me sentí andando entre las nubes y la nostalgia, porque ya no estabas cerca de mí.
 lola