Los errores no se niegan,se asumen;
La tristeza no se llora,se supera
Y el amor no se grita,se demuestra.
Sé fuerte para que nadie,te derrote,
Sé noble para que nadie te humille,
Sé humilde para que nadie te ofenda
Y sigue siendo tú Para que nadie te olvide
viernes, 1 de julio de 2016
la vida del revés
“Reconocer lo que no se puede “concebir”
es una manera de desgranar al control
y perdurar en la armonía hasta que una
comprensión indudable prospere.
Esto es concebir la vida del revés.”
es una manera de desgranar al control
y perdurar en la armonía hasta que una
comprensión indudable prospere.
Esto es concebir la vida del revés.”
A veces no llegamos a entender algunas cosas. No porque no puedan ser explicadas, sino que es tan grande el nivel de saturación de la mente que simplemente queda viciada y le impiden abrirse a otros ordenes de la inteligencia.No saber, es dejarse alcanzar por la vincularidad unitiva de la vida y fluir dentro de ella. La comprensión necesaria florecerá a su tiempo.
No hay que sentir desasosiego si el calor nos impide salir a la calle
No hay que sentir desasosiego si el calor nos impide salir a la calle para exhibir algunas de las personalidades con las que disfrazamos nuestra identidad. Siempre podremos quedarnos agazapados en un sillón, en el rincón más remoto y fresquito de la casa, para entregarnos a descubrir al fingidor capaz de desdoblarse en infinidad de “otros” con tal de que no lo reconozcan. Podemos entretenernos con quien tiene la misma afinidad a diluirse en diferentes identidades, desde la más oscura y proclive al paganismo hasta la más íntima y semejante a la que hemos aspirado ser, en esa búsqueda de “ser plural, como el Universo”. Podemos, en definitiva, pasar el verano con Fernando Pessoa, ese alma desconfiada que buscaba el anonimato escondiéndose detrás de sus heterónimos y, a pesar de todo, acabar siendo una figura capital de la literatura portuguesa. Podemos abanicarnos con sus escritos y sus poemas para reconciliarnos con la paradoja de vivir una época calcinada por el infierno mercantil de la sinrazón utilitaria
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