La memoria de las lluvias abandonadas
llegan y pasan como un tren sin detenerse.
El sol que duda,
entre una mañana blanca o celeste
profundo,
se esconde, puesto que
la aurora quiso contener
a las lluvias y la mañana blanca.
Mucho tiempo sin llover,
podrida esta la tierra que no germina nada
que nos haga despertar.
Pero estas,
son palabras pronunciadas
desde el hueco de la conciencia,
están en el vacío para una multitud que no existe,
no lo piensa y cada día sigue.
Pero una mujer, que puede ser tú,
que se acerca a mi sombra,
se instaló en mi mar de sensaciones.
Con lenguas de tabaco y con zumbido de abejas,
con una lenta linterna ayuda a mí resistir,
muy suavemente con una navegación hacia el faro de utopía..
Lalola