En la magia de no conocerte,
en las mañanas de trueque,
de cafés con moral.
Se doblan los saludos
en los bolsillos de los instantes.
Levantando andamios
para tocar el abismo
de la cotidianidad
Y va pasando
la mañana y tarde
diciendo cosas,
aunque no se digan.
Es lo que tiene
el oficio de la palabra
va más allá
de la pequeña miseria
o la pequeña ternura.
Es un acto de amor.
Crea presencia
Esas mañanas de café tan esperadas, si crean presencia. Maravilloso, como todo lo que publicas.
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