Los errores
no se niegan,
se asumen;
La tristeza no se llora,se supera
Y el amor no se grita,se demuestra.
Sé fuerte para que nadie,te derrote,
Sé noble para que nadie te humille,
Sé humilde para que nadie te ofenda
Y sigue siendo tú Para que nadie te olvide

domingo, 30 de abril de 2017

un beso sembrado de igualdad


Lo que se puede aprender de la vida
se resume en una palabra “generosidad”.
La herida que me hice ahora es respirable.
Me duele cuando  los dogmas
intrínsecos de la mujer
son poses, no verdades,
horizonte de tantos puertos inventados,
y asumo con sudores recorridos
los santuarios de la “foto” sin autenticidad.

No me gustan para nada
los credos de las salvadoras egoístas,
parásitas expertas de diálogos inútiles
carentes de verdad.
Sentí un candor entre las alturas de las intelectuales
y las cavernas de la pleitesía. 
Y sí, heme aquí, mi lucha entre la duplicidad,
entre el ruido de estos días
y la verdad de los afectos que también disfruté.

En este alarido intenso
de ese resplandor impuro
donde no todas son,
y son más egos que generosidad y dulzura.
Solo pido que la ternura subyugue a la inercia
con un beso sembrado de igualdad.


Para mí es ir adelante
con la exhalación del todo, y nada tangible,
cómplice de la vida y amiga de la muerte,
derramando existencia

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